Curry verde de solomillo ibérico

Este curry es el mismo que el curry verde de berenjenas y pollo, cambiando el pollo por solomillo. Otros currys en este blog: curry rojo de pollo, Curry tailandés de pollo con boniatos y setas (แกงไก่ใส่มันหวานและเห็ด) con guarnición de migas, Curry rojo de pollo – แกงเผ็ดไก่, Fideos udon en caldo dashi con pollo al curry, Espinacas Marina (con soja y curry), Curry de pollo al estilo de Milonguita.

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Curry tailandés de pollo con boniatos y setas (แกงไก่ใส่มันหวานและเห็ด) con guarnición de migas.

Seguimos con nuestra colección de comida tailandesa y especialmente con los currys. En este blog ya hemos puesto un curry verde de berenjenas y pollo y un curry rojo de pollo. Hoy vamos a por el tercer color (aunque hay más tipos): el amarillo.

Por cierto, todas las recetas que hemos puesto son de pollo, pero podéis cambiar la carne sin problemas por cordero, ternera o cerdo. O incluso por langostinos. Sólo tendréis que adaptar un poco los tiempos de cocción.

La principal novedad de hoy es que empezamos a hacer variaciones importantes sobre la comida tradicional tailandesa. Que yo sepa, el boniato o batata no es un ingrediente habitual en este plato. Pero la mezcla ha resultado ser extraordinaria.

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Curry de pollo al estilo de Milonguita

Este era un plato exótico en los 80, pero ya no. De origen indio, pero pasado por el filtro inglés que le quita el picante, es una comida adecuada para casi todos los paladares. Y si en tu entorno nadie lo hace, te grantiza un éxito casi seguro con una receta que no es nada complicada.

Como cada uno lo hace a su modo y en casa es la especialidad de mi mujer, que tiene nombre tanguero, le hemos puesto al estilo de Milonguita, pero no tiene nada que ver con ningún sabor porteño.

La receta se basa en un roux. Un roux no es más que harina sofrita en una grasa y disuelta en un líquido. En España, normalmente la grasa será aceite de oliva y en el norte de Europa, mantequilla. El ejemplo más clásico es la bechamel, donde el líquido suele ser leche (aquí una con queso) pero se puede hacer con caldo.

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Curry verde de berenjenas y pollo (แกงเขียวหวานไก่)

Segundo plato tailandés en pocos días. Y vendrán más. Es una cocina que nos encanta en casa, llena de sabores exóticos. La dificultad puede ser encontrar los ingredientes, pero en nuestras ciudades empieza a haber lugares especializados. Podéis poner los de la vuestra en comentarios y así nos ayudamos entre todos. En Sevilla tenéis HiperOriente en la Avenida de Kansas City, 1 (Nervión) y en Aponte, 8 (Centro), los dos muy cerca de El Corte Inglés respectivo. En Cádiz hay una tienda china en la calle Nueva, cerca de San Juan de Dios, que tiene una buena selección de productos dentro.

Este curry es diferente al Curry rojo de pollo que ya deberíais conocer si seguís este blog. La pasta verde de curry pica menos que la roja. Por supuesto, podemos hacerlo más o menos picante variando la cantidad de guindilla o de pasta de curry. Los dos que he presentado son de pollo porque he tenido problemas de vesícula (y de peso), pero la receta se adapta bastante bien cambiando el pollo por cerdo, ternera, pavo o, incluso, langostinos. Sed creativos.

Como ya comenté en su momento, esta receta está basada en la del curry verde con pollo (แกงเขียวหวานไก่) del de Kwan Homsai. La principla diferencia es que ella sustituye las berenjenas tailandesas por calabacines y nosotros por berenjenas occidentales. Y el toque personal, claro. a sabéis que aquí contamos las recetas cómo se han hecho en casa.

La promesa de hoy es subir próximamente la receta del Tom Yum (sopa tailandesa de langostinos y setas) que hemos comido esta semana. Exquisita. Claro que este blog está lleno de promesas. Paciencia.

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Curry rojo de pollo – แกงเผ็ดไก่

Hace un par de años empecé a hacer mis pinitos con la comida tailandesa. De hecho, el plato que más preparo es este curry verde con pollo (แกงเขียวหวานไก่) del fantástico blog de Kwan Homsai. Creí que tenía la receta publicada (ya sabéis que siempre le hago variaciones a las recetas originales, bien por falta de ingredientes o simplemente por vicio culinario) pero me acabo de dar cuenta de que aún no lo he hecho. ACTUALIZACIÓN: ya disponible.

En Tailandia hay una gran variedad de currys. En las tiendas de productos orientales es fácil encontrar alguno de los principales, que todos conocemos por sus colores: rojo, verde y amarillo, de más a menos picante. Por supuesto, hay muchos más, entre ellos el Panang. Como hoy comía con mi hija, que una fanática del picante como yo y no había nadie más presente al que tuviéramos que cuidar las papilas, me he lanzado a preparar un curry rojo con patatas, inspirándome en este Curry Panang con Cerdo (แพนงหมู).

Aunque las patatas no son un ingrediente desconocido en los currys tailandeses, no son habituales. Normalmente prefiero elaborarlos con calabacines o berenjenas, pero ésta también fue una petición de mi hija un fin de semana que vino a casa… y no la veo tanto como para discutirle esos caprichos.

La receta de hoy es realmente picante. Si queréis algo más comestible para paladares más delicados, disminuid la cantidad de pasta de curry (o cambiad de color) y eliminad las guindillas. De acompañante es obligado un arroz jazmín, o en su defecto un basmati.

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Pollo a la canilla

Esta entrada está vilmente fusilada de la excelente página Cosas de Comé, dedicada a la gastronomía de la provincia gaditana. Como sabéis, en este blog sólo se publican recetas cocinadas en mi casa y esta vez he seguido al pie de la letra el original. Podéis encontrar otras recetas de la provincia de Cádiz en la categoría Cádiz de este blog.

A continuación, lo copiado:

Esta receta pertenece al restaurante La Bodega. En la actualidad la elabora el equipo de cocina que comanda el cocinero José Manuel Ramírez y se comenzó a servir poco después de que se abriera el restaurante en el año 1983. Antonio García Saltares, el propietario de este establecimiento, comenta que este plato fue el primero caliente que pusieron en el local y lo ideamos un poco entre toda la familia. Cogimos el pollo y le pusimos el amontillado que teníamos en la bota, como si hiciéramos un adobo. Gustó tanto al público que se ha convertido en una de nuestras señas de identidad.

El nombre de a la canilla se le puso en honor al nombre del pequeño grifo que tienen los barriles para servir el vino.

Lo cierto es que el plato, casi treinta años después, continúa en la carta y ha sido ya imitado en multitud de establecimientos, convirtiéndose ya en una receta típica de la ciudad y de esas que pasan a la historia. Se sirve sin ninguna guarnición.

Toda la historia del plato y del restaurante La Bodega aquí.

Vea las recetas típicas de la provincia de Cádiz, aquí. (Cosas de Comé)

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